El futuro est aqu Qu sigue para los telfonos mviles

From Marvel vs DC
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Hace 41 años, Martin Cooper, un ingeniero de Motorola, tuvo una idea audaz: quería que la gente pudiera llevar sus teléfonos a cualquier parte. Ciertamente, en el mes de abril de mil novecientos setenta y tres, Cooper, a quien ahora se le atribuye el mérito de ser el "padre del teléfono celular", se convirtió en la primera persona en realizar una llamada en un dispositivo móvil portátil. El teléfono pesaba más de dos libras y se tardaba 10 horas en cargarlo para tan solo treinta y cinco minutos de charla. Estaba muy lejos de los elegantes dispositivos portátiles de en la actualidad, y con su costo de $ 3,995, era difícil imaginar que alguna vez se convirtiera en una herramienta crucial en la vida rutinaria, empleada por todos, desde hombres de negocios de la jet- set hasta pequeños de escuela primaria.

En la actualidad, los teléfonos inteligentes son una parte inexorable de nuestra existencia, un hecho que no se le escapa a Joshua Bell, antropólogo y curador de la globalización en el Museo de Historia Natural. Durante los últimos un par de años, Bell y Joel Kuipers, antropólogo de la Universidad George Washington, han investigado la cultura de la telefonía móvil, junto con las innumerables facetas (impacto ecológico, variabilidad cultural) que subyacen a los fenómenos ahora globales.

Bell, que en nuestros días está desarrollando una nueva exposición tentativamente llamada "Una historia natural del teléfono móvil", fue el primer orador destacado de este fin de semana en el segundo festival anual "El futuro está acá" de la gaceta Smithsonian. Un estudioso de de qué forma los teléfonos móviles dan forma a nuestras vidas modernas, Bell se inspiró tanto en la ciencia ficción como en su investigación para ofrecer escenarios sobre cómo cambiará la tecnología móvil ... y, en el proceso, nos cambiará a nosotros.

Los teléfonos móviles se transformarán en parte de nosotros ... literalmente

Bell hizo referencia a la nueva versión de 2012 de la película distópica de ciencia ficción Total Recall; presentaba "tecnología especulativa interesante": circuitos implantados que permitían que la palma de la mano se transformara en un teclado para un dispositivo personal en el que las superficies inteligentes dejaban a los usuarios interactuar con otros y con una red más extensa. Como es natural, la innovación tuvo sus inconvenientes: el protagonista de la película, interpretado por Colin Farrell, por último se quita el dispositivo de su cuerpo pues permite que otros rastreen todos sus movimientos.

La película no menciona cómo se nutrirán estos dispositivos. Bell dijo, no obstante, que podrían transformarse en una realidad basada tanto en los movimientos de recolección de nanogeneradores como en las corrientes bioelectrónicas.

Esta tecnología plantea preguntas nebulosas, y posiblemente alarmantes. "En un futuro de esta forma, uno tiene que preguntarse dónde acaba y dónde empieza", señala Bell. Tales interfaces experimentaron la posibilidad de "virus personales" que podrían permitir a las personas piratear y robar información específica entre sí. "No se necesita mucho para imaginar un mundo en el que la gente acceda a diferentes aplicaciones que podrían activar o bien suprimir diferentes estructuras genómicas o bien amplificar nuestras capacidades", meditó.

Los sistemas operativos inteligentes nos van a hacer cuestionar lo que verdaderamente significa humano

Antes de evolucionar más allá de los humanos y dejarnos atrás, dice Bell, figuras como Hal nueve mil en 2001: A Space Odyssey (mil novecientos sesenta y ocho) de Stanley Kubrick y Samantha, el sistema operativo femenino parlante en la película de Spike Jonze Her (dos mil trece) tendrá relaciones significativas con nosotros— "nuevamente, planteando la cuestión de lo que significa estar encarnado".

Joshua A. Bell habla en el festival 'El futuro está aquí'. (Erin Corneliussen) Los propietarios de teléfonos móviles van a aprender a recablear, apagar y reparar sus dispositivos.

A lo largo de los últimos tres años, Bell ha seguido el trabajo de los técnicos de reparación de teléfonos [1] celulares en Washington, DC Ellos reparan teléfonos inteligentes rotos y otros dispositivos móviles y, al hacerlo, hacen ingeniería inversa a los dispositivos que se pueden actualizar y alterar, pero que no son usuales. revisado debido a la cultura del consumidor y acuerdos de garantía.

Estos técnicos, afirma Bell, están impulsando nuevos conocimientos sobre de qué manera manipular dispositivos construidos por corporaciones más grandes. Como parte de la "Cultura Maker" o bien el movimiento "DYI", asimismo recuerdan a la red global de autores y piratas informáticos que florecen en Suráfrica, Asia y África.

Cualquier día, dice Bell, todos vamos a ser "piratas informáticos" en determinado sentido, y podremos efectuar cambios en nuestra propia tecnología en el lugar de sencillamente comprar nuevos modelos. "¿Eso quiere decir que creo que dentro de 100 años todos seremos ingenieros?" solicita. "No estoy tan seguro. Mas independientemente de las profesiones de las personas, será esencial un conocimiento técnico básico".

La tecnología de código abierto fomentará la democracia, nos conectará globalmente y no mejorará nuestros teléfonos

"El código abierto es la única forma de tener un futuro salvador con nuestra tecnología, no solo para igualar su naturaleza distribuida de manera dispar, sino más bien a fin de que podamos trabajar para crear mejores dispositivos", afirma Bell. Al convertirnos en una parte de la tecnología misma, la temeremos menos ... y como resultado, también "empujaremos los límites de lo que significa estar interconectado, vivo y humano".